A lo largo de su legendaria carrera musical, Shakira ha sido una figura destacada en la industria, marcando un impacto que abarca tres décadas. Sus composiciones han conquistado las listas de éxitos a nivel internacional, solidificando su posición como una de las artistas latinas más influyentes de todos los tiempos.
No obstante, en contraste con su éxito profesional, su vida personal ha sido objeto de una transformación dolorosa en el último año y medio debido a su separación del exfutbolista español Gerard Piqué. Esta separación, además de ser una experiencia personalmente desgarradora, también trajo consigo la disolución de un sueño profundamente arraigado en el corazón de Shakira.
Recientemente, Shakira compartió sus sentimientos y pensamientos en una entrevista con la revista Billboard, donde reveló cómo ha navegado estos últimos meses desde su ruptura con Piqué, quien es el padre de sus dos amados hijos, Milán y Sasha.
En sus palabras, Shakira describe un viaje emocional que abarca la negación, el enojo, el dolor y la frustración. A pesar de esta tormentosa travesía, actualmente se encuentra en una etapa de supervivencia y profunda reflexión.
La artista ha encontrado refugio en el trabajo intenso y, siempre que está con sus hijos, dedica cada momento y atención a su bienestar. Sin embargo, en medio de este proceso, Shakira también ha tenido que despedirse de un sueño que anhelaba profundamente: construir una familia sólida y amorosa, un ideal inspirado por la duradera relación de sus padres.
Durante muchos años, Shakira priorizó su familia por encima de su carrera musical, comprometida con la idea de un amor eterno. Esperaba emular la historia de amor de sus padres, que han permanecido juntos durante aproximadamente cincuenta años, todavía tan apasionados como el primer día. Sin embargo, este sueño, lamentablemente, no pudo materializarse.
En última instancia, Shakira enfatiza que su rol como madre es su principal prioridad en la vida. Se esfuerza por ser una madre presente, compartiendo momentos especiales con sus hijos, apoyándolos en su crecimiento y formación. A pesar de los desafíos que enfrenta, está determinada a equilibrar su vida familiar con su carrera, encontrando la fuerza en el amor y la dedicación que siente por Milán y Sasha. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, el amor y la familia siguen siendo su faro en medio de las tormentas de la vida.