San Benito, a quien recordamos con reverencia y devoción, es un faro de esperanza en los momentos de angustia y adversidad. Su poderosa intercesión ha guiado a innumerables almas a través de las tinieblas hacia la luz de la protección divina. Hoy, nos postramos a tus pies, glorioso San Benito, buscando tu valiosa ayuda y defensa en estos tiempos de preocupación y opresión.
En tu virtuosa vida, San Benito, fuiste un espejo para abades y un padre para los monjes, un vencedor de enemigos y un obrador de maravillas. Tu legado de bondad y compasión perdura a lo largo de los siglos, y confiamos en tu benevolencia para liberarnos de las sombras de la brujería, el mal de ojo, las malas lenguas y las malas personas. Contra las artes oscuras y las magias que intentan dañarnos, acudimos a ti en busca de protección.
Te imploramos, en tu infinita misericordia, que intercedas por nosotros ante el trono del Altísimo. Te pedimos que nos libres de falsedades, malas lenguas, envidias, traiciones y odios. Te rogamos que alejes de nosotros los malos pensamientos y acciones de aquellos que desean causarnos daño y obstaculizan nuestro avance.
Presérvanos, te rogamos, de toda magia negra, de maleficios, brujerías y hechicerías, así como de los malos ojos, engaños, malicias y maldades. En particular, te pedimos tu poderosa ayuda para alejar de nosotros esta preocupación que tanto nos afecta: [mencionar lo que se necesita conseguir].
San Benito, clemente auxiliador de los débiles, que amaste a Dios sobre todas las cosas, sabemos que tu poder se manifiesta en los prodigios y favores que obtuviste para tus devotos. Como un padre compasivo desde el Cielo, eres nuestro escudo contra los enemigos, males y peligros. Te imploramos que ruegues por nosotros ante la Santísima Trinidad, para que podamos recibir bendiciones y favores eficaces, así como las gracias necesarias para liberarnos del pecado y alcanzar nuestra salvación.
San Benito, enséñanos a amar a nuestro prójimo para que podamos reconocer y servir a Cristo en los demás. Ayúdanos a trabajar por Su Reino y a vivir en armonía con el prójimo.
Rezamos el Credo, el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria en tu honor. Repetiremos esta oración y estos rezos durante tres días consecutivos, confiando en tu poderosa intercesión para obtener el alivio y la protección que tanto necesitamos. Amén.