SU ÚLTIMO DESEO FUE UNA GELATINA QUE NO ALCANZÓ A COMER.
El 18 de mayo, el luminoso brillo de la vela en la tercera torta de cumpleaños de Leonel marcó un día que hoy está envuelto en la tristeza más profunda. El pequeño Leonel ya no está con su familia, una gelatina se convirtió en su último deseo, un anhelo inalcanzado que quedará grabado en los corazones de aquellos que conocieron su breve pero significativa vida.
La tragedia que ha conmovido a la comunidad de San José Tecoh se desencadenó en un fatídico instante. En un instante, el ruido de un automóvil rompió la serenidad del día. Una joven al volante de un Chevrolet Aveo, bajo la influencia del alcohol, no obedeció la señal de alto en la intersección de las calles 50 y 141. La prisa y la imprudencia se entrelazaron, robándole la oportunidad a Leonel de disfrutar su antojo de gelatina.
La escarpa en la que esperaba ilusionado, se convirtió en un escenario de tragedia. El auto subió a la banqueta con una violencia irracional, aplastando a Leonel contra la pared. Una vida llena de posibilidades fue truncada en un instante, dejando tras de sí el eco de un anhelo insatisfecho.
La solidaridad de los colonos de San José Tecoh es palpable. El dolor compartido es más que un lamento colectivo; es un llamado a la responsabilidad y a la empatía en la conducción. La joven responsable, que vive apenas a unas cuadras de la escena del accidente, enfrenta la dura realidad de sus acciones. Detenida y confrontando las consecuencias de su imprudencia, enfrentará cargos de homicidio imprudencial.
La historia da un giro aún más oscuro al revelarse que la joven intentó ocultar su responsabilidad, fingiendo ser el conductor del Aveo. Su acompañante también fue detenido, y el velo de mentiras se suma a la tragedia. La vida de Leonel se ha ido, pero su recuerdo perdurará en la memoria de quienes lo amaron y en la conciencia de aquellos que toman el volante.
El último deseo de Leonel, una gelatina que nunca llegó a saborear, se convierte en un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida y la importancia de la responsabilidad en nuestras acciones. Mientras Leonel es velado en la funeraria Recinto de Paz, su historia trágica nos invita a reflexionar sobre la necesidad de valorar cada momento y considerar siempre las consecuencias de nuestras decisiones, especialmente cuando estamos al volante.